Viña Vieja es un verdadero museo etnográfico. Ya desde la carretera general, al divisar las edificaciones, se da uno cuenta de lo aferrados al terreno que vivÃan sus habitantes. Y al conocer detenidamente su forma de vivir, sus actividades, los animales que les ayudaban a realizarlas y aquellos que servÃan para su manutención, aprendemos a conocer mejor a la raza humana.
Aparcado el coche en un camino asfaltado, que desciende hacia casas más modernas, hay que caminar unos metros por un «camino de carros». Los primeros «habitantes» de la Viña con los que nos encontramos es con un rebaño de cabras. Naturalmente uno piensa en la leche, en los quesos (tan sabrosos por esa zona) y por supuesto en su carne. Con esto tenÃan resuelta buena parte de su nutrición.
Y, aunque la visita no fue en ese orden, vimos la cochiquera, que era una simple oquedad, un hoyo natural hecho por la erosión del terreno y aprovechado para que sirviera de habitáculo al cerdo, que, por supuesto estaba allà para que no tuviéramos que preguntar sobre la misión del recinto. Se complementa asà la nutrición de los habitantes de la casa, por supuesto igual que ocurrÃa en todas las aldeas españolas.
Los animales que ayudaban a los humanos en su trabajo estaban representados por un camello, ayudante principal para el trasporte de mercancÃas y vehÃculo de la familia, y un mulo, con, además de las funciones anteriores, la misión de ser «motor» del arado.
En el patio exterior, como hall de paso a las dependencias de la casa, habÃa muchos sanmigueleros ataviados con los trajes regionales. La cocina comedor, con el fogón, por supuesto de leña, los utensilios de hierro, los cacharros de barro cocido y las cocineras y mozos ataviados con sus mejores galas regionales. La molinera, en plena faena de molienda, y el dormitorio con el mobiliario humilde y de épocas pasadas. La cuadra con el pesebre correspondiente y la pajera como almacén de la paja que acompaña al pienso (trigo, cebada , etc….), que supongo servirÃa también de cama para algún familiar, como ocurrÃa frecuentemente en las aldeas peninsulares. Cerca de la cuadra, y ya en el exterior, está la cochiquera, de la que hemos hablado antes y más arriba una cueva, natural por supuesto, que supongo servirÃa como despensa y almacén. También hay, muy bien cuidados por cierto, pequeños huertos que complementarÃan el ciclo alimenticio de los antiguos moradores de la Viña.
En fin que Viña Vieja es una muestra de como se vivÃa en España hasta hace relativamente poco tiempo. Porque supongo que en Tenerife habrá ocurrido como en la PenÃnsula: El éxodo de los aldeanos hacia las ciudades en busca de una vida mejor, el auge de la mecanización (ahora todo se hace con máquinas), ha hecho que vayan desapareciendo las costumbres ancestrales que han quedado reducidas a eso, a un MUSEO.
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